Los hebreos aseguran que fue Dios -y no su propia decisión personal- quién les ordenó aniquilar de Canaán a los pueblos impuros (Nefilim-Anunnakis) que la ocupaban.
Unos 400 años antes, Abrahan había afirmado que Dios se la había prometido, y a sus descendientes (Génesis 15:18).
La religión de los cacaneos era considerada 'pagana' porque exigía sacrificios humanos. Ésta es la característica que diferencia a algunos de los descendientes de Anunnakis de otros, así como el uso abusivo del dinero, con fines de lucro, la Crematomanía y la reverencia a un Dios Material (el toro), en lugar de un Dios completamente espiritual (Jehová).
Canaán en la actualidad se corresponde con Israel, Palestina (la Franja de Gaza y Cisjordania), la zona occidental de Jordania y algunos puntos de Siria y Líbano.
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