Algunos historiadores afirman que Moisés nunca existió, y si bien los hicsos escaparon de Egipto con el incidente de Thera, que disminuyó dramáticamente la capacidad de alimentarse, no hay registros históricos.
Las referencias adicionales sobre Moisés datan de muchos siglos
después de la época en la que supuestamente vivió. Se desconoce si se basan
únicamente en la tradición judía o si también han tomado aspectos de otras
fuentes. Algunos como Flavio Josefo, Filón de Alejandría y Manetón hablan de él.
También existen, por supuesto, los relatos antes mencionados en la Mishná y el
Corán. En el siglo III a. C., Manetón, un cronista y sacerdote heleno-egipcio,
afirmó que Moisés no era judío, sino un sacerdote egipcio resentido, y que el
Éxodo fue en realidad la expulsión de una colonia de leprosos. Incluso si Moisés
se acepta como figura histórica, hay varios aspectos del relato bíblico que
pueden ser reinterpretados. La teoría de Manetón de que Moisés era egipcio es
absolutamente plausible. Se ha sugerido que pudo haber sido un noble o príncipe
egipcio influido por la religión de Atón, o simplemente un simpatizante de la
cultura hebrea. Mosés es un nombre egipcio que significa ‘hijo’ y se utilizó a
menudo en los nombres de los faraones, como por ejemplo TutMoses. Los hebreos
pudieron haber creado la historia a partir de los relatos de Sargón de Acad, de
origen mesopotámico, o Edipo, de origen griego, para legitimar su creencia. Por
otra parte, antiguamente las clases más bajas abandonaban a veces a sus hijos, y
Moshe es una palabra hebrea que significa ‘rescatado de las aguas’.
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